Se le vino el mundo encima a la aún secretaria de Hacienda del gobierno del estado, Mirna Zavala Zúñiga, y terminará sus últimos días en el gabinete —probablemente en toda la administración pública— en entredicho, cuestionada y señalada.
Nada menor para una servidora pública que contaba con cierta calidad moral y solvencia laboral, forjadas en su trayectoria por diversos espacios gubernamentales.
Pero fue ella, y nadie más que ella, quien puso sobre su cabeza la última roca que podría terminar por desacreditarla: reconocer públicamente la propiedad de un terreno, una obra, una cisterna y unos cimientos, en su intento por negar la tenencia de una casa de varios millones de pesos en Cuernavaca.
En su afán por atajar un tema que llevaba días circulando en redes sociales, terminó por dar sustento a los argumentos legales para que la Fiscalía Anticorrupción, encabezada por el doctor en derecho Leonel Díaz Rogel, iniciara una investigación formal. El propio fiscal tuvo que reconocer ante los medios el inicio de una carpeta en contra de la aún funcionaria.
La investigación se abrió de oficio, no por las acusaciones iniciales, sino porque éstas encontraron sustento en las propias declaraciones de Mirna, quien debió haberse asesorado legalmente antes de pronunciar una sola palabra sobre el tema.
Confiada en que el asunto era únicamente político, terminó activando la oficiosidad de la Fiscalía Anticorrupción. Ahora habrá que ver en qué para ese proceso.
El declive de Mirna no comenzó con las acusaciones de enriquecimiento ilícito. Éstas solo representan el pináculo de varios errores y hasta ¿excesos? que permitieron articular una estrategia mediática y digital para exhibirla y empujarla fuera de la administración.
Hay quienes afirman que el golpeteo y los señalamientos provinieron del interior mismo del gobierno estatal. Su particular forma de trabajar —por no decirlo de otra manera— puso en predicamentos a diversas áreas, generó animadversiones y abrió frentes innecesarios para la gobernadora Margarita González Saravia. Así se percibe desde fuera, pero también se escucha en las quejas internas.
Este viernes sería, según fuentes del Palacio de Gobierno, el último día de Mirna como secretaria de despacho. De acuerdo con la propia gobernadora, su siguiente destino será la academia en la UAEM y, posteriormente, su jubilación del servicio público.
En las últimas horas, Mirna ha decidido ser mas cauta y guardar silencio, y ya no abundar sobre el tema… quizás era lo correcto, pero antes de que todo se pudriera.
EN CORTO
En Morelos, las redes sociales continúan a la cabeza de la imposición de la agenda estatal:Ya se ha visto que los temas explotan primero en Facebook, X o TikTok, y los temas se atajan tarde, desde la reacción y no desde la planeación. Los casos recientes —de supuestos excesos y hasta escándalos — nacieron en posteos virales. Las redes dictan el ritmo… y en la oficialidad aún piensan que el tema digital «no hace chipote».… En Morelos, la oposición parece desdibujada en lo público, sin grandes actos ni liderazgos que destaquen. Sin embargo, los partidos fuera de la 4T, han encontrado en las redes sociales y en los tropiezos internos del gobierno su mejor aliado. El golpeteo digital, más que la confrontación directa, se ha vuelto su estrategia: esperar, documentar y amplificar errores ajenos, como los casos de presunto enriquecimiento ilícito, la falta de agua en colonias y el malestar por eventos de lujo. Tienen materia y parque para impulsar su agenda, pero no tienen ni personajes ni ideas, y eso sólo beneficia a los guindas.
@DavidMonroyMX, en «X»
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